8.7.08

¡QUE APROVECHE!



Ya ha llovido desde entonces. Era el año 1900; el día tres de mayo, sábado, el partido socialista obrero de Zaragoza celebra un “meeting” en el teatro Pigantelli – situado en la actual plaza de Aragón en donde ahora se ubican sendos negocios de hostelería – en ese acto interviene Isidoro Achón, quien cierra el mitin con un discurso, que si en un principio había pensado en resaltar uno de los párrafos transcritos en la prensa local de aquel tiempo, luego he decidido plasmar completa esa trascripción.
Antes de imponer esa lectura, quiero hacer mi reflexión, al mismo tiempo que también, muestro mi extrañeza ante la evolución que en ciento ocho años ha sufrido la sociedad que yo estoy concluyendo de vivir y que a otros aun les queda tiempo para… “cosas veredes” y rectificar o reconducir las formas de hacer, en tanto en cuanto, les convengan o no.
Concluido el treinta y siete Congreso Federal de PSOE, y publicada por los medios de comunicación la Comisión Ejecutiva resultante de este conclave, es su lectura la que me acicatea a, retomando este reciente conocimiento de lo que hace un siglo decía un icono del socialismo aragonés, tratar de comprender esa evolución sufrida por la sociedad española.
No voy a repasar nombre por nombre los nuevos miembros de esa renovada ejecutiva y de los veteranos tampoco voy a dar sus biografías.
Lo que si echo de menos en este nuevo partido que aspira a durar en el gobierno es ver algún OBRERO.
Claro que estoy en parte con el llamamiento que Isidoro Achón hacia a la intelectualidad de entonces; pero de ahí a que veinte personas dirijan un partido obrero, y no haya ninguno… creo que esos brazos que Isidoro ponía a disposición de la intelectualidad para hacer la fuerza reformadora, entonces indispensables, en la actualidad han sido suprimidos.
Cierto que la sociedad no es la misma. El concepto de trabajo ha cambiado de tal manera que en este momento ese brazo luchador es minoritario en una sociedad que camina hacía no se sabe donde y que los que lideran la política actual tienen, tampoco lo tienen nada claro.
Como digo: unos cuantos médicos, algunos abogados, un elevado número de funcionarios y políticos profesionales; pero obreros, de esos que entonces, y, también ahora se ganan el sustento con sus manos, esos parece son raza a extinguir en todos los ámbitos del universo.
Esto también pasa en la derecha; pero esta opción siempre ha tenido sus servidores… y nunca los eligió entre los lerdos, y menos entre sus potenciales enemigos, así que en este lado la cosa es más natural.
Entre nosotros no debería de ser así pero desafortunadamente lo es. ¿Vendrán tiempos distintos? Entonces la O tendrá sentido, ahora ese apéndice parece no lo tiene tanto. De ahí esa perversión del lenguaje, llamando progresismo u otros vocablos por el estilo que ahora tanto se emplean, para designar lo que desde el siglo X, tiene nombre exacto, aunque no se hubiera inventado el término “socialismo” si existían otros términos que aun con ligeras variantes se mantienen.
Progresismo, es progresar, ir hacía delante, lo correcto en este caso seria emancipación, justicia, etc.
Bueno explayado ya; pongo a la consideración de los demás lo anunciado al principio, el discurso pronunciado por Isidoro Achón, que aun escrito hace más de cien años, para mí tiene la suficiente vigencia, como para sacarlo de su contexto, traerlo aquí a una más amplia consideración.
… y por último lo hace Isidoro Achón, encuadernador, y que ambos periódicos (1) hacen un amplio extracto de su discurso comenzando ambos con la misma introducción: Con gran facilidad de palabra, después de saludar al concurso, en nombre del partido socialista obrero: dice que es aquel, sentimiento sincero de un corazón joven puesto al servicio de toda causa redentora. Entra en materia explicando la importancia de la fecha del Primero de Mayo, que es la más elocuente manifestación de la solidaridad obrera, diciendo lo que fue esta fiesta en un principio y lo que es hoy. Porque ha perdido su temperamento de violencia, creen muchos muerto al partido obrero. No ven que este aleccionado por triste experiencia, se organiza en silencio, rehuyendo aquellas emocionales demostraciones que en los años noventa y noventa y uno amedrentaron a la burguesía.
Cierra, con enérgica frase, contra esas clases que cometieron las infamias de Montjuich, que distinguen y atienden al torero, mientras dejan padecer hambre al maestro de primera enseñanza y dejan pasar muchos años sin conceder al obrero una sola hora del descanso que legítimamente reclama, monopolizando todo en su provecho, sembrando la despoblación.
¿Qué podéis esperar de los que dejan pasar años y años sin conceder al obrero una sola hora del descanso que legítimamente reclama, y en solo veinticuatro horas, saben votarle una ley de represión horripilante, cuando temen por su hacienda o por su vida?
En las fábricas y talleres muere la flor de la juventud; la mujer es explotada vilmente
Queremos luchar – añade Achón – contra esos feudos que se llaman ministerios a cuyo amparo se encumbran granujas de levita, para tiranizar al pueblo; queremos vivir en un país donde no haya ministros ladrones, generales traidores, jueces prevaricadores… (Aplausos)
(El delegado llama al orden)
y sigue el orador « El proletariado acude a la lucha económica que ha de destruir el régimen actual. Abogados, arquitectos, médicos, literatos, periodistas, obreros de la inteligencia, en fin, venid con nosotros. No creáis que recelamos de vosotros porque no vistáis blusa ni llevéis callos en las manos.
En la cátedra, en la clínica, en el laboratorio, aportáis vuestro esfuerzo, como el brazo que cultiva la materia en la fábrica y en el taller.
Benot, Costa, Ramón y Cajal, Menéndez Pelayo, Alfredo Calderón, muchos otros grandes inteligentes, sabemos que se entregan con nosotros a una labor continua, ruda, que quizás aparte sus aptitudes de las ramas del saber en que son verdaderas eminencias. Los encontramos maltratados, ocupados en tareas impropias… venid con nosotros. Vosotros seréis el cerebro que dirija; nosotros el brazo que ejecute. Ayudarnos a constituirnos, formad también sociedades de resistencia, locales, nacionales, internacionales…»
El compañero Achón concluyó su elocuente y muy aplaudido discurso, –dice El Clamor,– afirmando, que veía con cierto agrado el movimiento de la Unión Nacional, porque tiende a crear una buena burguesía, condición indispensable para la existencia de un buen proletariado y excitó a los obreros a que no sean hostiles a ese movimiento burgués, si bien no deben secundarlo.
En este punto Heraldo es más explícito, y trascribe textualmente su alusión a Unión Nacional, dice Achón: Hoy, hay pendiente un nuevo litigio entre el estúpido gobierno y la alta burguesía.
He de deciros que veo con cierto agrado ese movimiento de la Unión Nacional, con que la clase media trata de defender sus intereses, pidiendo una administración honrada. Al fin trata de crear una buena burguesía, condición indispensable para que exista un buen proletariado.
Todo menos la indiferencia. Y por otro lado, a todos nos conviene hacer la vida barata.
Nosotros, sin embargo, trabajadores, seamos ajenos a esa contienda; si esa clase media tiene energía triunfará.
No seáis hostiles a ese triunfo, pero no lo secundéis.
No está en nuestras manos solucionarlo y podemos, en cambio, pagar los vidrios rotos, por una clase que al fin nos explota. (Grandes aplausos)
Concluido su discurso se cerró el acto dentro de un gran orden.
1- Extraído de Heraldo de Aragón y mayoritariamente de El Clamor Zaragozano. Conservador el primero y titulado republicano el segundo.
La foto ya publicada en otro post, pertenece al mitin pronunciado por Largo Caballero en la Plaza de Toros de Zaragoza el 31 de mayo de 1936. flanquan a Largo Caballero A la derecha José Antonio Baras Cuello y a la izquierda Arsenio Jimeno