21.12.08

ALUCINANTE















Estoy que no salgo de mis asombros. Día si, y otro también - esto me pasa por leer - me encuentro con cada cosa que me quita las ganas de casi todo.





El jueves pasado oigo que un preboste de la Iglesia Católica Apostólica Romana dice que en España se ha caído en la estadolatria - toma palabro - buscado en el diccionario el término, pasa como con la cristofobia de Cañizares; no existen. Y se quedan tan anchos los orondos cardenales.




¿Quizás están optando a un sillón en la Real Academia de la Lengua? Seguro que en tiempos pasados ha habido algún religioso que haya sentado cátedra en la filología; pero el actual camino no es el de avanzar en el idioma. Las palabras creadas, son de exclusión, y ese creo no es el espíritu de ese evangelio que tienen por bandera.




Si la palabra latría, equivale a reverencia ¿donde está la adoración reverente al estado? Cada ciudadano, en vez de adorar al Estado, lo vilipendia a la más mínima ocasión; cualquier motivo sirve para maldecir del Estado, y el que no lo maldice, se aprovecha de él. No me molesto en poner ejemplos por ser de público conocimiento las actitudes de todos los defraudadores que en el país existen.




¿Qué adoración, qué culto al Estado practican esos Jueces que nos amagan con una huelga, cuando ellos son Estado?




Otros que tambien adoran al Estado. Los banqueros, a esos, les importa un comino el que el Estado se hunda, si sus beneficios son los adecuados a su avaricia.




Los empresarios. Otros que tal, si su beneficio decrece, el Estado ha de asumir sus pérdidas, ellos no pueden mantener una empresa con una producción relentizada, para eso lo mejor es cerrarla y cuando venga la bonanza ya se vera, mientras tanto que el Estado se haga cargo de sus operarios.




Podría seguir con una larga retahíla de ejemplos, sin excluir a los que mayoritariamente forman el Estado, esos ciudadanos que sin ser nada sostienen ese Estado y a quienes van dirigidos esos ditirambos eclesiales.




Solo su Dios es digno de latría, el Romano, porque ni Ala, ni Buda, ni ninguno otro debe de ser adorado. Eso es otra forma de latría. Esa si viene en el diccionario EGOLATRÍA, de toda esa curia que pretende mantener su dominación a costa de todo. De inventar palabras, de humillar a los ciudadanos, de imponer por todos os medios su fe - recuérdese las cruzadas, la última la de 1936 - podría continuar pero una vez explayado no tiene sentido el continuar.




1 comentario:

David Corellano dijo...

Estas cosas te pasan por hacer caso a lo que dice el clero.... ;-)