14.11.09



Esta mañana. Mañana de paseo, andando por una acera de la ciudad he sido sorprendido por una visión surrealista. Un ciclista; mayor (más de la cincuentena), con equipo adecuado; mallas, culot, zapatillas, etc.. Y casco. ¿Ese adminículo era por si un peatón, que compartía espacio con él, le empujaba haciéndole caer? Además como no circulaba por la calzada... discurría en el sentido contrario al tráfico.


Otra de ciclistas. En una de las calles céntricas con acera de un metro de anchura; dirección Pº Independencia, plaza de los Sitios. Aquí es una jovencita, la que cómodamente circula por esa acera estrecha que comparte con los peatones. Inquirida por el viandante de que por esa acera no se puede circular según explica la ordenanza al efecto, ya que no tiene tres metros e invitada a circular por su espacio; dado que ella salia al Pº de la Independencia; como alegato a circular por la acera y no por la calzada, aduce que hacerlo por la calzada era contravenir la señal de dirección prohibida.


En otra acera de esta ciudad. Dos mozalbetes, ¿quince años? a toda velocidad, al serles reprochada su conducta, haciéndoles ver que ese no es el lugar para circular, contestan. Que pongan carril bici


Y el cúmulo de la... No se calificarlo, hay tantos calificativos para quienes osan erigirse en dueños del espacio público que no les corresponde ocupar, que teniendo algunos de ellos en la mente por no graduarlos me los ahorro.


Ese que colma lo colmable circula por la acera de la estación de Delicias; acera que hasta que entra en el conjunto del edificio, tiene carril bici, que cuando comienzan los accesos a la estación es pasado a la acera de enfrente. Pues bien por la acera en que transitan los viajeros; que indudablemente tiene más de tres metros de anchura, y desde luego en cada una de las tres entradas a la estación, en las que se conforma casi una placeta; al llamarle la atención por circular por donde no debe, el ciclista; este un joven de más de veinte años, contesta que la acera tiene más de tres metros; al replicarle que de acuerdo pero que la ordenanza municipal dice que aun con esa anchura si existen aglomeraciones no se puede circular, él dice que donde están esas aglomeraciones. Continua su marcha por donde no debe.


Conclusión. Zaragoza puede ser modelo de movilidad no contaminante; pero los usuarios de esa movilidad, desde luego no son modelo de nada más que de egoísmo y pedración.


Ellos circulan con comodidad y sin riesgo conquistando espacios para ellos en detrimento de la seguridad del peatón.


El carril bici no está conformado como vía de comunicación sino de paseo; por tanto cuando se traslade un ciclista de un a calle a otra de la ciudad y en tanto no les sea habilitado espacio especifico para su desplazamiento han de considerarse conductores de un vehículo y seguir el código de la circulación.


La ordenanza municipal de reciente confección, como casi todas las leyes órdenes etc., es lo suficiente ambigua, como para que se produzcan todas las situaciones expuestas y el peatón, ninguneado y desplazado de su lugar se quede sin defensa posible. Porque la vigilancia policial brilla por su ausencia en la mayoria de las calles o sectores de la ciudad. Además el Ayuntamiento ha habierto una linea de negocio ya que la conceder el alquiler de estos vehículos ingresa dinero . Y al que dá hay que darle, como todavía no hay impuesto peatonal; primero el ingreso y lo demás que espere.

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