14.2.07

CARTA ABIERTA A LOS ABANDERADOS DEL ODIO

¿No lo paerece verdad?


Con una larga experiencia vital siempre en el lado de los perdedores, aunque yo no me lo haya planteado así; vengo siendo sorprendido cada día por la actitud, más colectiva que individual de los que están haciendo bandera de la propagación del odio en esta sociedad que nos toca vivir.
Nacido en el año 39, en la “Zona Nacional” por razones de mi nacimiento, nunca fui beneficiario del “Régimen”. Asistí a una escuela de pobres, me alimente mal, fui vestido de sobras de otros hogares más pudientes, tuve que aportar con mi “trabajo” (monaguillo) algún dinero a la economía familiar desde los ocho años, comencé a trabajar a los catorce de obrero manual y así continué hasta hace poco, en que por fin me llego la jubilación.

De lo anterior se pude deducir que mi vida no ha sido privilegiada en absoluto. Un régimen opresor se ocupo de imbuirme unas ideas fantásticas sobre diversas materias, que a él le interesaban, privándome de las que podía adquirir por mi iniciativa.

Cuando la situación política cambio- y sintiéndome perjudicado como había llegado a la conclusión de que lo era - no por eso me puse del lado de ninguno de los radicalismos en boga (derecha ni izquierda) eso sí tome partido por lo que me concernía; el mundo del trabajo, desde esa posición comencé mi inmersión en la nueva etapa política que el país estrenaba.

Fue transcurriendo la vida y el tiempo. Hubo alteraciones que comenzaron los radicales y nostálgicos de la derecha, por cierto con algunas victimas mortales- Abogados de CC. OO. del despacho de la calle Atocha de Madrid, algún que otro estudiante de los que aún hoy su muerte está sin aclarar y algunos otros sucesos que pretendian encrespar los ánimos para poder justificar su dominio. - No conseguido esto y cuando desde el otro lado, los otros radicales comenzaron a hacer de las suyas, también pretendieron pescar en el río revuelto, hasta que llega el revulsivo “Tejero” que lo fue para unos y otros haciendo comprender a la ciudadanía la necesidad de periclitar un tiempo viejo. Pasaron doce años y la derecha, democráticamente se hizo con el poder y durante ocho años campó por sus respetos; Pero hete aquí, que ante su ineptitud para afrontar una terrible situación y a causa de sus mentiras interesadas, de nuevo pierde el poder y es aquí donde comienza a fraguar su bandería.

No tiene ningún reparo de utilizar lo que sea para tratar de recuperar lo perdido; así comienza la utilización de unos españoles que victimas de la sinrazón fueron muertos y a excepción de unos pocos, todos en el “cumplimiento de su deber” Y digo unos pocos, por no cuantificar los muertos de HIPERCOR y algún otro civil arrastrados por la vorágine de muerte, que en supuesta defensa de unas ideas sembró el terrorismo etarra.

A costa de todos estos ciudadanos ya desaparecidos y ahora, cuando por una decisión sensata de gobierno, se pretende acabar con una larga y penosa lacra que durante muchos años ha estigmatizado a la sociedad española y que los anteriores gobiernos incluido el suyo han tratado de solucionar, es cuando utilizando todos los medios habidos y por haber. -Victimas, asociadas o no, peones negros, banderas bicolores, himnos colectivos y sobre todo discursos; incendiarios y tergiversación de las palabras y las situaciones, cuando no manifiesta inquina, hacia quien legítimamente ostenta el poder y ha de tomar sus propias iniciativas.- Pretenden con esta táctica recuperar el poder y como vulgarmente se dice dar la vuelta a la tortilla.

Entre tanto por si no llega ese ansiado momento y aprovechando la comodidad de la ciudadanía así como la más acervada demagogia; utilizan un amortiguado dolor, al que pretenden poner delante de consideraciones más sensatas, que además suelen existir y ser ciertas -El País domingo pasado- consiguen con sus insidias encrespar los ánimos de miles de personas que sin un estricto criterio; con un olvido supino, de anteriores tiempos y sus consecuencias; y sobre todo sin la reflexión necesaria para dar pasos o interpretar palabras se ponen detrás de esos abanderados del odio.

No quiero dar nombres pues todos, todos, tanto de un lado como de otro, sabemos quienes son.
Sus mentiras de las que se tarda poquísimo tiempo en ser descubiertas, no en vano se dice - Antes se coge a un mentiroso que a un cojo - pretenden que sean creíbles y para ello recurren a todas las argucias habidas y por haber.

No respetan Tribunales, Instituciones, ni nada que se les ponga por delante; Y cuando esto se produce, sus lenguas viperinas, no dudan en sacar sus peores insultos para conseguir sus propósitos. Ejemplos diarios son expuestos al conocimiento general desde otros medios menos manipulados, pero parece ser que esto hace poca mella en general. Prima la comodidad, la hipocresía, el insulto, la calumnia y los más bajos fines que se puedan utilizar para desligitimar a quien legítimamente le corresponde gobernar, pretendiendo que sea el programa y las ideas de ellos las que sirvan de guía a quienes tienen otras ideas y otros fines en la política que los que ellos exhiben. Robo, Imposición, caciquismo y todos los males seculares que a este país han constreñido durante siglos.

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