11.1.08

DESMEMORIA... Hagamos por no olvidar



Hoy he tenido una charla prolongada; más de una hora con Manuel. Dos hombres a los que nos separan pocos años, cuatro o cinco y que por las cosas del Google, hemos llegado a conocernos.


Manuel puso un comentario en el que me daba una información que suscito mi interés; por eso hemos concluido conociéndonos personalmente.


Él tiene en sus ascendientes personas que fueron represaliadas por la dictadura franquista. Yo no tengo esas vivencias; pero quizás las mías hayan sido peores aun. Ni las de él y las mías vienen aquí al caso.


Durante la charla hemos recordado tiempos pasados que conocemos más de oídas que de recuerdos.


La conversación ha girado en torno al asunto por el que hemos iniciado el contacto. Por su parte el relato de lo que el recordaba haber oído a su tía.




Esta conversación espero que dentro de algún tiempo de lugar para otra temporada de trabajo con el resultado de otro libro. Creo que el material que se puede manejar es de interés.


Para mí por lo que me entretiene y me acicatea en la búsqueda del tiempo perdido - quizás como Proust - pero no por mí sino por la sociedad española; también yo he de recuperar la memoria de unos hechos que se nos ocultaron a todos y que aun hoy siguen siendo tabú para muchas personas; por eso cuando alguien accede a contar recuerdos de primera mano de todos aquellos que fueron hechos desaparecer, yo lo agradezco.


Conocía la persona objeto de la conversación por haberla estudiado de refilón; ahora después de esta conversación creo que voy a profundizar en el asunto y recuperar para el momento actual la vida de un "Hombre" de veinte años que supo sacrificar su vida a cambio de evitar peligros a su madre y hermana que fueros apresadas por los fascistas y amenazaron con su muerte si él objetivo de ellos no aparecía. José Antonio Baras Cuello, Secretario de las Juventudes Socialistas, trabajador de las Artes Gráficas en Heraldo de Aragón y a pesar de sus veinte años un hombre, que renunció a salvar su vida - estaba oculto, y quizás se hubiera salvado - pero renunció a ello.


Unos años antes - pocos, cuatro años antes de su asesinato - escribe para los demás trabajadores y en honor a su maestro - Pablo Iglesias - La ofrenda de un joven - el título parece premonitorio; aunque la intención del articulo no sea la de sacrificio, sino la de entrega al ideal socialista.


El relato de Manuel ha concluido de convencerme de que puede ser interesante recuperar esa memoria ya a punto de perderse. Manuel tiene por lo menos una hija - no hemos conversado sobre esos aspectos - pero estoy casi seguro de que con él concluirá el recuerdo del hombre que me ocupa.


Veinte años no son suficientes para poder confeccionar una biografía pero lo voy a intentar. Es mi reto, es el homenaje que le debemos la sociedad actual




Este es el joven inútilmente sacrificado.







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