3.1.08




El final de año se me ha puesto negro. También me plantea una duda. El asunto es como sigue: Si la jerarquía eclesiástica convoca una manifestación, o concentración; ¿Qué pinto yo el Primero de Mayo en la calle? ¿No tienen ellos bastante con sus procesiones? ¡Aún quieren más! Al igual que su devoto y nonagenario Fraga también reivindican la calle para sí. Los demás que nos zurzan.
Como no tienen vergüenza no se les puede caer la cara por ese motivo; Pero como se atreven a plañir por la familia cuando todos ellos – los convocantes – concluyen la suya en si. ¿O va a ser cierto? eso de… No digas de esta agua no beberé, ni este cura no es mi padre. Y por ese motivo; les molesta que en los albores del siglo XXI la sociedad, con menos ataduras que en los mismos tiempos del pasado siglo; busque otras formas de relación que las por ellos instituidas – y que no son seculares – bueno sí desde el siglo dieciséis, claro va para quinientos años y claro es cinco veces secular.
Todo comenzó en 1545 y hubieron de morirse tres papas para que el cuarto en 1563 diera carpetazo a una serie de vaguedades teofilosóficas y dictados egoístas y aseguradores de la primacía de su poder sobre el resto de los demás seres vivos, todo esto en veinticinco sesiones. Casi en la última, la XXIV, el 11 de noviembre de 1563, se dicta sobre el matrimonio y en el Canon I dicen: Si alguno dijere, que el Matrimonio no es verdadera y propiamente uno de los siete Sacramentos de la Ley Evangélica, instituido por Cristo nuestro Señor, sino inventado por los hombres de la Iglesia; y que no confiere gracia; sea excomulgado.
Luego vienen once más y en esa última doceava ellos se abrogan todo el poder de deshacer lo que han hecho, también excomulgan al que dijere que las causas matrimoniales no pertenecen a los jueces eclesiásticos.
Por todas estas doce, más las otras veinticinco razones, Rouco Varela, se echa a la calle como un vulgar albañil, desvirtuando la única arma de defensa que tenían esos feligreses que él supone pertenecientes a su jurisdicción.
¡Qué vamos a hacer! Todos excomulgados. Yo para que no llegara a estas cosas me excomulgué a los dieciséis años; aunque luego me case en el Santo Templo Metropolitano del Pilar – obligaciones de mi contrato matrimonial – mío y solo mío.
Me hubiera gustado leer en castellano del dieciséis las conclusiones del citado Concilio que empezó en Trento y concluyó en Bolonia; pero me he tenido que conformar con el enlace que he puesto, en el Canon I y que aun un poco latazo aclara muchas cosas si se lee con un solo ojo; el de la Razón y entre lineas, como aprendimos a leer los de mi generación y la siguiente. Los niños de la guerra. También Sacrosanta cruzada contra las hordas rojas, las mismas que ahora

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola.
He llegado por las cosas de google a un post tuyo en el que dices que has conseguido el carnet de investigador. Me gustaría saber cómo se consigue el dicho carnet, a ser posible en Zaragoza.
Si quieres puedes responderme a 501510@unizar.es
Un saludo