16.11.08

LAS CASUALIDADES

Esta es la obra emblematica
Esta la proletaria
El testimonio

Un día me pongo a buscar, con motivo de la nonata, Casa del Pueblo de Zaragoza, cuyo proyecto, se dice fue encargado a Francisco Albiñana.
En esa búsqueda como única referencia de sus trabajos en esta ciudad, recurro al catálogo de una exposición que se celebró en su homenaje en 2005.
Allí venían referenciadas algunas de sus edificaciones. De ellas había unas cuantas en el entorno de donde se hubiera construido esa Casa del Pueblo; además del edificio en que él tenía su morada; la entonces Exhuerta de Santa Engracia, hoy plaza de los sitios, aun cuando el solar destinado a la construcción, sea paralelo a este emplazamiento y su fachada de al paseo de La Mina
En un repaso por la Blogósfera resulta que en aquel año, como no; se publicaron cosas sobre este hombre que ensalzando su quehacer, sobre todo el artístico, destacaron también su quehacer social, ya que además de las construcciones emblemáticas que realizó, puso su gabinete a disposición de los emergentes propietarios, haciendo los proyectos de muchas parcelas y edificios humildes.
La obra emblemática de este hombre es el Casino Mercantil, el más reproducido cuando de este hombre se habla o escribe.
Yo siendo vecino ininterrumpido de Zaragoza, y, del barrio de Las Delicias desde el año 1970. Por el contrario que por el Coso que aun siendo frecuente el discurrir de mis pasos por esa vía, en Las Delicias, treinta años de residencia dan para conocer bien el barrio. Pues no resulta que durante veinte años más o menos, he pasado por delante de una de esas construcciones humildes. Número 24 de la calle Marcos Zapata.
Un día cuando la búsqueda sobre la casa del pueblo había concluido y dado el fruto de un escarceo histórico literario, un joven amigo me da el soplo de esa casa que tiene – él me dice una placa – con el nombre de Albiñana arquitecto.
Y ciertamente ahí esta una casa de dos plantas. Recrecida a los pocos años de su construcción y que es, Francisco Albiñana el que en los años veinte firma ambos planos.
Como esa casa no estuvo reflejada en el catálogo yo, la pongo aquí junto con el otro estandarte del quehacer de este buen hombre que la barbarie fascista eliminó, privando a la ciudad de algún otro edificio que también seria señero.
Esta remembranza me viene al hilo de haber leído ayer – ya me vale – un artículo de Antón Castro escrito al efecto en ese ya lejano año de la exposición, en el que habla de esas construcciones humildes.
Si hubiera tenido modo de comunicarme con Antón le hubiera dado gustoso esta información gráfica; seguro que él le hubiera sacado más partido; pero como no es así me limito a una vez explicado el asunto ponerlas para conocimiento del general pueblo, añadiendo además una pregunta ¿Cuánto durará esa casa en pie? En esa calle desde que por ella transito se han derribado cuatro inmuebles de aquellas fechas.
La Asociación de Vecinos Manuel Viola deberia tomar nota del asunto y tenerlo presente, por si acaso.

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