COMIENZO DE CURSO

Parece que hemos comenzado el curso con ganas. Todos los blogueros que conozco personalmente; después de algún tiempo sin salir al espacio, hace poco lo han hecho.Yo no voy a ser menos.

Lo cierto es que la pereza me ha invadido desde agosto hasta aquí.Estaba tan ahíto de la correa y sus transmisiones, además que iba yo a decir que no lo pensara cualquier español de los normales, que ciertamente se me fueron las ganas.

Ni la bonita jugada de la guerra de las puñetas (encausamiento por prevaricación de D. Baltasar) me animó a romper una lanza en su defensa. Lo considero el más juicioso de los jueces.

Pero hoy por fin y además del acicate de los amigos que han retomado el espacio virtual, tengo un motivo para clamar en el desierto; como Juan el Bautista.

Estamos en vísperas de fijar el Estado los presupuestos para el año 2010. Tratan los responsables políticos de concitar apoyos que no le salen nada baratos, ni al ejecutivo ni al pueblo. Todo es rapiña por parte de las comunidades autónomas. Vocablo que no se porque se ha acuñado ya que ninguna de las diecisiete es autónoma; bueno sí Navarra y las Vascongadas, éstas últimas como rémora de la anterior, a la que se le recompensó por los servicios prestados y que le permitieron un régimen económico distinto al del resto de los españoles durante cuarenta años.

Pero no voy a hablar de financiaciones, no; sino de contribuciones.

Contribuciones que todos los ciudadanos debemos de aportar para que el país funcione, si no hay aportación habrá parón.

Por eso me da mucha risa cuando alguien hable de bajada de impuestos. ¿Quien puede decir que se baje la cuota individual para atender a todos? Eso solo lo puede decir o un ignorante o un malicioso.

Nadie en su sano juicio puede querer pagar poco y recibir mucho. Esto en cuanto a impuestos; y de la misma guisa en todos los ámbitos de la vida. Si trabajamos poco, ganamos poco; si ahorramos poco, el crédito se nos come. Y en el sentido contrario si abusamos de las cosas estas nos duran poco; salud, dinero, trabajo. En fin que nadie en su sano juicio puede pretender pagar pocos impuestos y tener buena asistencia sanitaria, buena escuela, buenas carreteras y demás servicios que el Estado pone a disposición de los ciudadanos.

Y se me preguntará; ¿pero para que pagar cuando lo que yo pongo, se lo gastan alegremente en pagarse sueldos fabulosos a si mismos y a los que les rodean, y aun así lo que no se llevan ellos va a parar a manos de esas correas del principio?

Pues esto no es así. Se pueden llevar lo que sea pero eso no es óbice para que queramos escaquearnos de nuestra obligación que además, es un derecho, de contribuir al sostenimiento del bienestar común.

Quien predique en contra de los impuestos es o un cínico o un sinvergüenza; sobre todo si los que predican viven del erario público (Rajoy y cia) o los que metiendo mano a los ahorros de sus clientes se pagan una jubilación de escándalo, o los que teniendo sueldos fabulosos y seguros, hablan de recorte de gasto en las parcelas que a ellos no les atañen.

El Expectante, está satisfecho de pagar un doce por ciento de sus ingresos; de que no le aumenten este año la pensión y si es necesario esos impuestos que paga que sean algo mayores, si con eso otros pueden vivir mejor aunque solo tengan esos cuatrocientos euros que a mi me van a quitar, o su pensión de mínimos sea incrementada algo más para que se acerque a la medía de todas ellas. Eso se llama solidaridad. Eso se pretende implantar en la escuela con la educación para la ciudadanía y eso es lo que no quieren esos que antes he dicho. Si los jóvenes aprenden la solidaridad, será más difícil de que los cantos de sirena "gallega" que como las meigas también hay sirenas en Galicia les hagan efecto.