17.11.07

OCHO DÍAS







He estado apartado de este sitio ocho días. No sé si de no haber tenido apagón informático hubiera tardado lo mismo o no.



Como soy un lego en técnicas informáticas, el domingo pasado pretendí trabajar en un escrito para poner en la Web de la Fundación Bernardo Aladren para ello debía de tener mi conexión operativa ya que una vez hecho el texto debía de enviarlo por correo; además esperaba unas fotografías que habíamos hecho el día anterior. Pues bien. De leer el correo nada, de enviar el mio, menos; estaba separado del mundo.



Debido a esa ineptitud para estas técnicas; o más bien abrumado por lo que creo me supera - la aparición continua en la pantalla de ventanas extrañas, o inoportunas; ahora mismo tengo ese panda impertinente que me pide un deseo tonto, ya que no pone lo que desearía yo ciertamente. Que me dejara en paz y que hiciera su labor sin distraer la mía - De cualquier forma mi desconexión yo la achacaba a la precipitación de quitar de en medio una de esas ventanas. Recurrí a varias estratagemas que tengo más o menos ensayadas durante todo el día; lo volví a intentar al siguiente, al otro... hasta que desistí de solucionarlo por mí, recurrí a mis jóvenes amigos duchos en estas lides, primero planteando el problema y luego abiertamente pidiendo "árnica". Esperando la salvación en otros dejé pasar algún día, hasta que... empírico como soy, además de algo "Cabezudo" me decidí yo a meter mano con el ánimo de arreglarlo.



Lo intenté desde varios puntos sin resultado positivo, ya me consideraba un fracasado y estaba a punto de desespero cuando; ¡Eureka! ¿Y si no fuera ineptitud?



Repase mentalmente las instrucciones memorizadas de cuando coloqué ese aparatejo que dicen "ruter" - palabreja que no se su significado - y lo miré con detenimiento. ¿Resultado? Yo no había tenido nada que ver en el asunto.



Después de una llamada "gratuita" que te desvía a otra de negocio "902" y varios minutos de instrucciones, músicas y dialogo de sordos. Los interlocutores del otro lado no atienden tus quejas y en seguida te centran en el problema - claro ellos no están para esos menesteres - solucionado el problema que según manifestaron era bloqueo del aparatejo, que con la simple desconexión eléctrica del ruter se solucionaba. Cierto desenchufar y tras un minuto - quizás escaso - de nuevo dentro del mundo.



Una vez dentro yo me pregunto. ¿ A quien reclamo yo el supuesto perjuicio acarreado por un problema ajeno a mí? La compañía no tiene el canal adecuado, la administración no me hará ningún caso - tengo experiencia, todavía sin solucionar un retraso e incomodidades sufridas hace cuatro veranos en un viaje Alicante Zaragoza en agosto, del cual hice la correspondiente reclamación a la que estoy esperando respuesta. No cabe el silencio administrativo ante una reclamación - la cuota que pago por el servicio si yo unilateralmente la fracciono para resarcirme de la molestia, me puede causar otras mucho más molestas. ¿Que hago? ¡Aguantar y callar!; es nuestro sino; dependemos de los nuevos feudalismos y no tenemos opción de revelida. Si te revelas, tú solito te marginas.



Cierto que también queda éste recurso que ahora mismo empleo. Poner tu cuita en el espacio sideral y quien lo pille a lo mejor te consuela, si no lo pilla nadie tú por lo menos te has desahogando que no es poco.



Hay otros recursos. Encomendarte a los santos, ¿cambiar de compañía? serán todas parecidas y eso aún puede ser peor.



El próximo espero sea más optimista.

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