UNO DE MAYO

El dos mil siete, ha sido desde los años setenta el primero que no he asistido a la procesión cívica que ese día primero de mayo se organiza en casi todo el mundo; por lo menos en el occidental.

No ha sido dejación de mi derecho.¡No! Estaba en otras cuestiones; pero por eso no he dejado de manifestar mi adhesión a la causa obrera.

Me hubiera gustado haber preparado un trabajito histórico, pero... no voy a aumentar mi equipaje con el portátil. Hasta ahí podíamos llegar, yo que lucho en el momento de confeccionarlo, para que el equipaje sea lo más liviano posible, me voy a cargar con este chisme.

El caso es que este primero de mayo me pillo de regreso a casa en la ciudad de Carcassonne, en la ciudad antigua. La manifa era en la moderna a seis kilómetros; como me llevaban con unos cuantos más, me fue imposible ir pero... siguiendo la flecha llegue a la Fete .

Así este año sin manifestación pero sí con fiesta, al contrario que los demás que asisto a la manifestación pero luego la fiesta me viene más cansada.

Aquí vendían paella ( mas bien rancho) a seis euros el plato, como lo típico de ese pueblo es la cassoulet, yo junto con otros fuimos a donde se podía probar, ya que en aquella fete no la servían.

Si tome con mis compañeros y el cicerone un vinito moscatel de categoría, con unas olivillas verdes y unas patatas chips.

Mi cicerone que era de ascendencia española cosechero de vino moscatel etiquetaba su producto con el nombre de Cartagena.

Comentamos la composición de los sindicados ya que como es sabido la CGT es el sindicato comunista y yo me manifesté socialista ( CFDT) él dijo que ya no primaba la ideología, que había de todo.

Cumplí a medias; pero cumplí. Este primero de mayo ha sido diferente.

Una vela al diablo......

Y otra a Dios. La iglesia del pueblo encierra dentro de su gótico este rincón que me gustó