7.9.06

Comienzo de obligaciones

Ya estoy matriculado para concluir los cursos de francés que comencé hace dos cursos. En teoría debería conocer bastante el francés, pero no es así, si que repasando algún texto, conozco algunas palabras; ahora bien no me atrevo con una conversación por muy básica que esta sea.
En mayo pasado junto con los restantes alumnos de la Universidad Popular, y como debe ser norma se organiza un viaje de cuatro días a alguna ciudad o comarca francesa; siempre en la cercanía con nuestro Aragón, así pues este año fuimos a las" Landas" para mi lo más bonito del viaje fue nuestra travesía por Navarra y el País Vasco, las Landas la verdad no tienen mucho atractivo, salvo el saber que el Gran Napoleón - Aquí denostado - creo un bosque donde hoy o habría mar o un desierto de arena.
Si el paisaje de las Landas no es atractivo debido a su monotonía, una vez arribados a Bourdeux - Burdeos, la cosa cambia, la ciudad es para mí encantadora, asequible andando, distribuida con orden en una vasta extensión y rodeada de viñedos no muy alejados de la ciudad.
Los famosos Chateaus bordeleses, que su traducción literal sería castillos, resultan ser fincas con un edificio más o menos señorial y una considerable extensión de viñedo.
Como ya ha pasado unos meses, la lección de enología que se nos ofreció, además de una escasa cata, ya la he olvidado, así como allí a todos se nos olvido el francés. Como el grupo no era solo de alumnos sino que podíamos ir con nuestras parejas los guias hablaban perfecto castellano, además sin muchas dificultades prosódicas, con lo cual las preguntas sobre la lengua de Mollier, se quedaban en la mente del ocurrente curioso.
Espero que el próximo, viaje este el de fin de carrera, consiga separarme del grupo y practicar un poco. Aunque en que ya he dejado atrás tuve que intervenir en más de una ocasión; con bastante miedo al ridículo y alguna dificultad conseguí hacerme comprender cuando mi mujercita se metía con toda su osadía en algún berengenal idiomático; creía estar en cualquier tienda española.
Eso sí no conseguí que ella pudiera tomarse una manzanilla de infusión. Allí no la conocen. Té, no tiene problema idiomático, el nombre latino de la manzanilla yo creía que tampoco pero por camomila nadie responde, al incidir en infusión entonces te servían un té. Ciertamente estuve preocupado hasta que en Arcachon en la lista de servicios de una cafetería de cierta importancia vi que la manzanilla brillaba por su ausencia, tenían algunas otras infusiones, menta, te, de algunos sabores, pero camomila no, ademas el diccionario Larousse, solamente da el nombre de la planta y luego cuando lo traduce del español habla de vino y de olivas, nada de infusiones.
Ahí dude de mis conocimientos escasos de francés que ese deseo de complacer a mi mujer me llevo a la desesperación.

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