21.1.07

frenadol...




Sin ningún ánimo; solamente pasar el rato y dar suelta a mi fantasía, me meto en harina y voy a proponer a la Excma. Sra. Dña. Elena Salgado que con todo su poder, tanto de persuasión como legislativo, prohíba el FRENADOL; me explico en mis ratos de depresión de actividad cuando la abulia me impide enarbolar el mando a distancia y obviar la publicidad de toda la parrilla televisiva. Yo alcanzo hasta veintitrés emisoras de las cuales más de la mitad tienen espléndidos programas publicitarios. Perdón por el lapso. Quiero decir la publicidad inserta entre sus no tan espléndidos programas.

El caso es que hay entre todos los minutos (horas) que la publicidad ocupa en las pantallas de T.V. como en botica hay de todo, desde el tedioso anuncio de cualquier producto limpiador, al excitante anuncio de alguna marca de automóvil (estos de gama alta) los utilitarios son menos excitantes y el resto de perlas que la decente publicidad nos endosa diariamente – en este momento existe una campaña publicitaria sobre su propia honradez – entre toda esta avalancha de imágenes, mensajes, chácharas seudo científicas y toda la parafernalia extendida por los creativos para vendernos desde dinero barato – ¿Cuándo este artículo ha sido barato? – hasta los más increíbles cachivaches o productos milagrosos – baba de caracol – uno entre otros.

Hasta aquí no necesito a la Ministra para nada; Pero hete aquí que el anuncio de Frenadol ahora en emisión despierta en mí todo mi optimismo, me explico.
– Un ciudadano en pijama en el retrete de su casa, intentando que el perro haga sus necesidades en la taza del inodoro. ¡Genial! –
Su Frenadol se ha concluido y ante el tiempo malo, decide enseñar al perro para no salir de casa.

Infinidad de veces cuando caminando por la acera de cualquier calle; de cualquier ciudad (creo no se salva ninguna) tienes que dar un paso largo o corto según tu rapidez de reflejos o tu atención al camino que estas realizando; para salvar, cuando no sacar el pie de una desagradable situación.

Con esta perspectiva, que nadie puede decir que no le haya sucedido. Yo como los demás cuando hemos caído en esta situación, entre el asco y la mala leche que te asalta; Tanto en contra del animal, como del dueño; que a pesar de las campañas, que utópicamente o interesadamente desde distintos estamentos se lanzan pretendiendo la educación del ciudadano, siguen los animales ejerciendo de ellos mismos y haciendo sus necesidades donde le viene bien; si son consentidos por sus dueños.

Por este motivo pretendo de la Ministra de Sanidad que suprima la venta de ese fármaco para así, a los propietarios de perros no les quedará más remedio que enseñar a sus perros a defecar en el inodoro y no en los espacios públicos, que solo pertenecen a las personas.

Otra cuestión colateral – téngase en cuenta que no soy hipocondríaco – el daño que el exceso de excrementos perrunos puede producir en la salud pública.

La hidatiosis es una enfermedad trasmitida a los humanos por las heces contaminadas de entre otros animales los perros, que si están en una continuada relación con los humanos suelen contaminarlos, caso de no haber sido tratados debidamente el animal; y de esto no hay seguridad absoluta de que todos y cada uno de los canes, que sueltos o acompañados, andan por nuestras calles.

Por eso vuelvo a insistir suprímase el Frenadol y los propietarios hipocondríacos, ante la tesitura de pillar un resfriado, educaran a sus canes para evitar el enfriamiento y cuando pase el primer invierno – más o menos noventa días – el animal ya acostumbrado no tendrá necesidad de ensuciar el jardín, la acera, o cualquiera de los sitios de transito de los humanos .
¡ haber si hay suerte!

No hay comentarios: