2.10.06

A QUIEN LO LEA

Hace un tiempo, no mucho, me fue publicada una carta al director en la que clamaba contra lo que yo opinaba era un paso atrás.
En ese mismo periódico, se publica otra carta al periódico sobre el mismo asunto, pero desde otro punto de vista distinto, aunque yo creo ajustado.
El asunto en cuestión es el siguiente:

Yo me llevaba las manos a la cabeza por la pretensión de crear una academia de la lengua aragonesa.
El de hoy se queja de un folleto del remozado Museo Provincial que está editado en castellano, inglés, ¿aragonés? y catalán.
Él se pregunta cuántos ciudadanos de esta región hablan aragonés. Le contesto: Ninguno. El aragonés no existe, hay dialectos en distintas comarcas del Alto Aragón, el cheso, chistavin, u otros que se hablan en el Pirineo en cuanto al chapurriau de la franja oriental cercano al catalán, que tampoco es aragonés.

En 1938 vió la luz el Nuevo Diccionario etimológico aragonés que aumentaba en cinco mil las palabras recogidas por Borao. El compilador era el cura José Pardo Asso y se hizo en la imprenta del hospicio. La editorial Gara junto con la Institución Fernando el Católico, editó en 2005 un facsímil del "Diccionario dialectal altoaragonés"de Dña Hortensia B. Bernad (editado en 1944) y otro facsímil firmado por Domingo Miral de dos piezas cortas, un sainete y una comedia en dialecto cheso. Así reza la portada.

La cuestión es que ese aragonés no existe como tal: por ejemplo, el término "melico" Dña. Hortensia lo da como altariconés, Pardo lo deriva del latín ( umbilicum) y lo generaliza a toda la región y yo lo he oído en boca de un natural de las Altas Cinco Villas, por lo que es un modismo aragonés más que una palabra de dialecto, ya que la RAE la palabra que recoge lleva acento esdrújulo y le atribuye pertenencia al canto y a la poesía lírica. En fin, un acento nos priva de una palabra aragonesa que se hable en castellano. ¿O es que esa palabra no tiene hoy día sentido?

El "latín" dicen que es una lengua muerta por lo que ya ni se estudia y llegan unos señores que se quieren hacer notar y pretenden que los demás los notemos. Sobre todo, como dice el comunicante en su carta de hoy, por el coste de la impresión inútil de unas frases sin sentido, que cayendo en manos de un inglés le servirá de mofa. No digamos nada de los sueldos de los nuevos académicos, lo que iban a costar.

Todo se verá, habiendose inventado el eusquera, oyendo hablar a los políticos gallegos, yo me troncho. La única lengua que me merece respeto y tambien se lo estoy perdiendo por su afán impositivo el es el "catalán".

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