30.11.06

De Ingerencias y otras Doctrinas

Hoy con sorpresa leo en mis dos periódicos diarios, no se si sorpresa es la frase exacta, más bien después del impacto, ha sido la indignación lo que me ha embargado tras la lectura de lo siguiente: ..." Las autoridades del Estado no pueden intervenir en la vida religiosa, no es su competencia. Los jueces no pueden gobernar a la Iglesia, no es su competencia.” Esto dicho con la sonriente cara de póquer del portavoz de la Conferencia Episcopal.

Claro, de antiguo sé que el refranero castellano tiene incorporados algunos dichos aplicables a la Iglesia; tal el “predicar no es dar trigo” o “ haz lo que digo y no lo que hago” y nuestros Obispos instalados en su infalibilidad, rechazan el sometimiento a las leyes del territorio donde ejercen.
Solamente de la autoridad eclesial es competencia; la educación – sustancioso negocio – por la cual se manifiestan; de su competencia es, la unidad de la nación – quien divida el territorio divide la iglesia – por esa unidad se aliaron hace setenta años con lo peor que en España había por entonces; de su competencia es, el trabajo de personas que al amparo de esa iglesia se dedican a enseñar la doctrina cristiana en los colegios y que a la más mínima son despedidos sin acatamiento a las leyes laborales a las cuales – ¿ tampoco han de someterse? – solo a la Ley de Dios.

En los diarios por mi leídos, ésta noticia, está situada dentro de lo reseñable sucedido en la política española. ABC, al que me he acercado a trabes de la red, editorializa sobre el asunto de la “Instrucción Pastoral” claro siguiendo las tesis emitidas por los obispos. El periódico El Mundo, también virtual, no toca el asunto, o yo no lo he visto, da lo mismo, si lo hace sé en que términos se expresará.

Es destacable y al mismo tiempo descorazonador que los obispos se interroguen a sí mismos en estos términos: “ Nos preguntamos qué quiere Dios de nosotros en estos momentos” ellos creadores de ese dios se interrogan de lo que de ellos espera la entelequia a la que se agarran para precisamente, hacer lo que ellos no quieren que se haga en sus asuntos.

Veinte siglos de poder e intromisión son difíciles de desalojar de la historia; pero su hipócrita alusión a la historia que en el resumen de esa “Instrucción” se vierte, simplemente es un ataque a la actual situación política. Se alude a una reconciliación amenazada. – Ley de Memoria Histórica – Un resurgir del laicismo, – dicen ellos – cuando la inmensa mayoría de españoles, se ha ido apartando, precisamente por que la pregunta que se hace a sí mismos, la contestan con una respuesta equivocada.

Si dios no fuera una creación humana; y aun siéndolo, les pide que sean humanos, humildes, generosos, ejemplificantes y un largo rosario de virtudes que a esa iglesia le falta desde hace casi tantos siglos como los de su fundación.
Yo y muchos más nos preguntamos ¿Dónde estaba la iglesia en los paredones y las cunetas de 1936, 37, 38 y 39? ? Luego sí en las cárceles, hacían el hipócrita papel de salvar almas, que no habían sido condenadas por su dios, sino por ellos mismos que veían que se escapaba su grey y esto les acarreaba perdidas materiales inmensas.

Como colofón de mi lectura diaria otra perla. “ Fraga advierte que pactar con terroristas es “jugar con fuego”” Que memoria más quebradiza tiene este senecto hombre que hace unos pocos años decía “La calle es mía” e impasible, apoyaba y asentía en un consejo de ministros algunas condenas a muerte arbitrariamente dictadas. Tampoco se acuerda de sus andanzas en Montejurra, donde se vio implicado en un oscuro e inexplicado asesinato.

Así que susto a susto o sorpresa a sorpresa llega uno al Sodoku y el Crucigrama y su masa encefálica la tiene bloqueada de tal manera que ha de abandonar el papel sin solucionar lo único que parece solucionable del periódico.

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