VAYA FASTIDIO

Estoy tratando de plasmar mis impresiones sobre la noticia del día, y es tal la indignación que no sé lo que saldrá.
Hoy, seis de noviembre, ha entrado en vigor la “directiva” “orden” o como el burocratizado lenguaje de la U. E. llame a la tontería que desde el otro lado del Atlántico nos vienen imponiendo desde hace ya algunos años.
Si unos locos extremistas sembraron el pánico en la población americana, la humanidad toda no debiera sentirse amenazada; pero a pesar de lo trágico del asunto como siempre detrás de cualquier circunstancia siempre hay algún negociante que saca tajada de cualquier situación.
La inseguridad, conlleva contratación de sistemas que ficticiamente proporcionen seguridad psíquica, ya que la física es imposible de garantizar, por mucho sistema electrónico que sea instalado en cualquier sitio.
Y sino. Si el once de septiembre se retrotrajera a la actualidad ¿Seguro que sus hacedores no lo conseguirían? Las noticias que entonces se difundieron no decían nada de geles, dentríficos, aguas, “potitos”, biberones, carnes de membrillo, ni ninguno de los objetos que desde hoy esta prohibido aportar al equipaje de mano de los usuarios de las líneas aéreas.
Y aquí es donde salta mi indignación. Los técnicos o burócratas que han conseguido embaucar a unos políticos que por darse el pisto de sensatos, aprueban cualquier cosa que tenga visos de sensatez en determinados momentos creados ex profeso.
Lo que un pasajero pueda portar con imagen de liquido tiene que ser visible y en cantidad mínima. Para esto es necesario un contenedor que deje ver el material que se pretende portar.
Hoy y hasta el día seis de diciembre AENA obsequiara a los usuarios de los aeropuertos españoles con la necesaria bolsa de cierre hermético para exponer nuestras pertenencias liquidas. A partir del día de La Constitución — puente de considerable longitud — esas obligatoria bolsas costaran el precio que se les dé. No el valor de coste del producto.
Otro negocio a costa del miedo. Será curioso ver un vuelo del IMSERSO pasar por los controles aeroportuarios.
¿Orwel tendría razón? Vamos hacia el Ojo que todo lo ve. ¿O tendremos que ir desnudos por todos los sitios? Así no seremos sospechosos de terrorismo ni de nada; pero bueno quizás entonces seamos acusados de exhibicionistas.
¿Nadie ha pensado en hacer el boicot a esos temerosos empresarios de aviación comercial que nos vejan de tal manera, que para viajar en uno de sus aparatos — no muy seguros en muchas ocasiones — hemos de pasar por una serie de humillaciones que por lo menos a mí no me producen ninguna seguridad, ni creo que la humillación a que también es sometido el que me precede o me sigue en la fila de sumisos paquetes en que nos quieren convertir a todos los ciudadanos del mundo. Aquí otro inciso, si eres blanco algo de humillación; pero si eres de color ahí es nada, por lo que puedes pasar en cualquier aeropuerto, estación de ferrocarril; no sé si en las instalaciones portuarias también sucede; los voceros del miedo — medios de comunicación — todavía no lo propalan con la intensidad necesaria como para que se tomen las medidas necesarias encaminadas a encarecer los cruceros en trasatlántico.
Sugiero a todos aquellos que hayan de viajar en avión que no lo hagan, retornemos al ferrocarril, será menos complicado; por ahora. Y cuando esas grandes compañías vean mermados sus ingresos al asustarse de verdad quizás rebajen sus exigencias hacia los viajeros. BOICOT A LOS VIAJES AEREOS.