30.6.07

Vaya Día








Treinta de Junio. ¡ Gran fiesta Gai !
Sin ánimo de ofender ni de pasar por carca, retrógrado, ni cualquier otro apelativo que se me quiera “endilgar” o atribuir; como yo también tengo derecho; aunque no ningún día, voy a expresar mi pensamiento que no quiero sea interpretado en ningún sentido. Parto del más profundo respeto hacía todos los humanos – no lo hago extensivo a los animales a pesar de los pesares, porque ahí también tengo mis ideas – .

Comienzo por el vocablo: Gai [gei] – en español no existe; – lo mas próximo es Gay, que hasta la segunda tirada de la 22ª edición del diccionario RAE, no aparece (2001) y que si afirma la connotación que tiene. Denominación de homosexuales, como adjetivo y como sustantivo.

Hasta ese momento lo más cerca del vocablo era Gaya. Que se refería a otras cosas muy alejadas a la sexualidad. La acepción académica es lista de diverso color que el fondo.
¿De ahí esa bandera?
Si el vocablo lo ponemos en ¿masculino? Gayo, el significado es distinto y viene a ser en su segunda acepción equivalente a alegre, vistoso, ¿ De ahí las reinonas, o Drag Queen?
No quiero seguir con la filología no sea que me equivoque y las criticas me vengan por otro lado del que yo quiero, si soy merecedor de ellas.
He consultado cosas y resulta que parece ser que este día del orgullo nació para conmemorar una redada que la policía de N.Y. realizó en 1969 en el bar Stonewall, al que acudían los homosexuales; ocurrida la redada y la oposición feroz a que se atrevieron los implicados el día 28 de junio de ese año; desde entonces parece se instituyó ese día, o sus cercanos, como conmemoración internacional de reivindicación, iniciada por aquel colectivo apaleado en Estados Unidos de América.
Hasta aquí dos facetas del asunto. Ahora otra más profunda y que es la que puede molestar.
Siendo un hombre “leído y escribido” Hace mucho, mucho tiempo, hacía 1968/69, cayó en mis manos... mejor dicho compré un librito de la editorial EDAF cuyo título era Las Ruinas de Palmira su autor el Conde de Volney, [Constantine François de Chasseboeuf] iba seguido por La Ley Natural. El tal conde había sido uno de los primeros viajeros al oriente – de ahí las ruinas de Palmira – y fue en su tiempo seguidor de la escuela racionalista. Lo hizo conde, Napoleón; fue representante del Tercer Estado en la Asamblea Francesa y Secretario de la misma, en 1790; Había estudiado derecho y medicina, su vida transcurrió entre 1757 y 1820

Lo leí en aquel tiempo y vagamente siempre he recurrido a esa segunda parte para analizar cosas que se salen de esa naturaleza animal que poseemos; ya que esa ley natural viene a decir algo así como que no se debe ir contra la naturaleza, porque esta pasa factura. Planteada la obra como un interrogatorio en doce capítulos desgrana sus teorías sobre la evolución humana en cuanto a desarrollo filosófico, que para nada habla del animal, y en cuanto al filosófico; éste burgués.
En el primer capítulo se pregunta ¿Que es la ley natural? Y contesta: – El orden regular y constante de hechos, conforme al cual rige Dios el universo; orden que presenta su sabiduría a los sentidos y a la razón de los hombres, para que sea la norma igual y común de sus acciones, y que los guíe a la perfección y la felicidad, sin distinción de secta ni país. – Concluye con esta otra respuesta donde va implícita la idea de toda esa lección que yo aprendí$ en aquellos años. A la pregunta de... ¿Qué colegís de todo eso? – Colijo que no son todas las virtudes sociales otra cosa que el hábito de las acciones útiles para la sociedad y para el individuo que las practica; que se cifran todas en el objeto físico de la conservación del hombre; que habiendo grabado la naturaleza en nosotros la necesidad de nuestra conservación, todas las consecuencias de esta conservación son ley natural, y delito cuanto se opone a ella; que llevamos dentro de nosotros la semilla de toda virtud y perfección; que no somos felices si no observamos las reglas que estableció la naturaleza con el objeto de nuestra conservación; y que toda sabiduría, toda perfección, toda ley, toda virtud, toda filosofía, se encierran en la practica de los siguientes axiomas fundados en nuestra propia conservación: consérvate, instrúyete, modérate, vive para tus semejantes, para que éstos vivan para ti. –
Habrá que acotar el significado de algunas palabras para no leerlas al pie de lo escrito; pero aun así, todo lo escrito, aquel ya lejano siglo XVII tiene cabida en una mente racional, que además este poco manipulada y no se deje llevar por la serie de trampas que el mercado pone ante nuestros ojos y que deforman la realidad de esa naturaleza animal que a pesar de doctrinas, leyes, desastres y todo lo que en este XXI siglo sucede ante nuestros ojos.
¿Cuántos euros no se habrán movido estos días en Madrid, nombrada capital mundial del Orgullo Gay?
¿Cuál es la cantidad de dinero que ese antinatural grupo de personas mueve al cabo del día en el mundo?

Lo último trascrito es lo que me empuja a moderación; vive para los demás para que estos vivan para ti. Yo quiero apelar al sentido común para que sin maltratar a nadie, sin herir físicamente, ni moralmente, no insultando ni vejando a nadie distinto a mí; ellos no pretendan por su poder de grupo, imponerme normas, leyes, modas, en fin presentarme su modo de vida como si fuera natural. ¡Eso! No quiero que suceda. Por ese motivo; en este espacio que la modernidad que Constantino no podía imaginar en aquel lejano tiempo, ha creado como altavoz de ideas, disconformidades, rebeldías y etc., me manifiesto en contra de esa actitud de preponderancia que ese grupo humano muestra hacía los demás.
¿Estableceremos con el tiempo el día del orgullo estafador, prevaricador, embustero, ladrón, y todas las taras que la sociedad no ha conseguido erradicar de esa inconsciencia animal que nos domina, les dedicaremos un día?



Si para actos antisociales somos estrictos, por que no lo somos para los antinaturales? No pretendo ni la marginación, exclusión o persecución. Solo pido que no se aireen conductas antinaturales, por el mero efecto económico que ello comporta.
Nada que objetar a la legalización de una vida en común de dos personas que se quieren. Mucho en contra de derechos que la naturaleza les niega a dos personas del mismo sexo. La procreación. Uno de los objetos de la convivencia en pareja que la naturaleza atribuye a un macho y una hembra y que no deben de ser de otra forma , la sociedad por muy avanzada que sea no puede ir contra esa ley natural.

No quiero que vuelvan aquellos tiempos donde animales mataban a los diferentes; pero tampoco quiero otros donde yo me sienta incomodo





1 comentario:

David Corellano dijo...

Ya te vale con los actos antinaturales. Pero primero tendrás que explicar por qué una cosas es antinatural: ¿es antinatural que volemos en aviones, que viajemos en trenes a 300 km. por hora o que salgamos al espacio? ¿es antinatural que operemos heridas y enfermedades que nos causarían, de forma natural, la muerte?
Por antinatural te refieres exclusivamente a una cosa: la práctica del sexo, y curiosamente esto es más de natural de lo que te parece. De hecho, la homosexualidad no sólo existe entre los seres humanos, sino que está presente en muchas especies animales......
El próximo día que te vea te voy a regalar las obras completas de Aquilino Polaino, no sé si lo recuerdas (y si no lo buscas en Google ;-)